La nueva manera de consumir perfume; tragándolo. Generalmente, la colonia se suele aplicar en algunos puntos del cuerpo, como las muñecas para que el movimiento de las manos ayude a esparcirlo, el cuello, un lugar particularmente sensible donde el calor y el pulso potencian su aroma, o también el pliegue del codo. Luego, según el tipo de piel y el propio olor corporal de cada uno, el perfume acaba por cobrar un olor peculiar y específico a la persona. En este caso, Lucy McRae, en colaboración con el biólogo Sheref Mansy, ha desarrollando Swallowable Parfum, unas cápsulas cosméticas, que se traga. Una vez absorbida, la cápsula es asimilada por el cuerpo y permite que la se convierta todo ella en un atomizador, una especia de segunda epidermis olfativa. Las moléculas de la fragancia afloran a la superficie de la piel a través de la transpiración, dejando minúsculas gotas de las cuales emana un olor único.
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