Este 2011 es tan difícil de escribir como lo ha sido sentirlo. Lleno de preguntas con respuestas complejas y de mi yo más invertebrado. Perder a tu padre, no significa perder a tu padre. Al ser que te creó y se tomó la molestia en moldearte a lo mejor de su imagen y semejanza. Perder a tu padre significa, ante todo, perder la posibilidad de compartir un mundo. No cualquier mundo. Un mundo desordenado y tierno y poético y elegante. Y honesto. Donde crear, ensuciarse, divertirse, tirarse al barro, hacer experimientos, romper algunas normas. Un mundo donde hay a quien agarrarte de la mano siempre antes de cruzar. Un mundo donde hay quien te mira con tanto amor, que acaba recordándote que existes. Ser porque tú fuiste.
La tristeza me ganó muchas batallas cotidianas. Me convertí, a ratos, en un ser poco amante de la vida. Y me sentí culpable. Pero, también descubrí el sabor del cariño de quienes te quieren y quieren quererse. Que la creatividad es el remedio a cualquier tristeza. Y la familia, es ese último y más fabuloso descubrimiento que te indica que más allá de aquí o allí, de tus diferencias y de tus distancias, de razones poéticas o políticas, lo importante permanece. La suma de las partes. El todo. Ser flexibles incluso al viento. Y quererse mucho porque sí.
Decía mi padre que él creía en los que no hacen las cosas por una razón útil, sino que las hacen en una comunión con los sentidos, con la vida, y que eso les convierte en seres que viven en un terreno superior al de todos los demás. Mastican el tiempo y el espacio según les pide el corazón, el alma, el sentimiento, la vida. Sufren, aunque eso no resulte útil. Aman, aunque eso resulte tonto. Su máxima aspiración es llorar, reír, rozar, tocar, llegar adentro. Lo heróico no es resultar más útil ni ser mejor, lo heróico es sentir.
Así que sí, 2011 ha sido un año heróico lleno de personas heróicas que lloraron de risa y rieron con pena recordando al héroe de sus vidas mientras pensaban ‘todo lo que viene a partir de ahora, va por ti’. Y lo haremos: Seremos la mejor versión de la mejor canción del mundo. La que dejó tu voz, papá.
Maravilloso…Gracias por dejarnos leer un pedazo de tú corazón… «Lamaladelapelicula«.