La “Crisis” palabra maldita que nos recuerda involuntariamente que ser Empresario es tener poder. Es el momento en que la rutina ha dejado de servirnos como guía y necesitamos optar por un camino y renunciar a otro… ¿A cuánto tenemos que renunciar?
Definitivamente la dignidad, honra, orgullo, amor propio están perdiendo su valor a cambio de unos míseros euros por sobrevivir o dar de comer a nuestras familias sin que la Administración se inmute. NO LO EN-TI-EN-DO… ¡Si yo os pago!