Dice la sabiduría popular «que todo debe probarse al menos una vez».
Reglas para tener éxito con los maridajes entre vinos y chocolates.
– El vino debe de ser tan dulce como dulce sea el chocolate, la dulzura del chocolate debe guardar una cierta relación con la dulzura del vino. Si esto no es así, el gusto puede darnos un giro repentino hacia el amargo.
– Al maridar los vinos con el chocolate, la mejor apuesta es maridar chocolates condimentados (más elegantes) con vinos más ligeros y con menos cuerpo; asimismo, cuanto más fuerte es el chocolate, más estructurado y con cuerpo debe ser el vino. Por ejemplo, un chocolate agridulce e amargo tiende para maridarse bien con un vino intenso.
– Similar a la prueba de la cata del vino, usted puede experimentar con varias variedades de chocolates, catando y recorriendo un camino desde la luz a la oscuridad. Comience por un extremo pasando de un chocolate blanco, más sutil, a un chocolate oscuro o agridulce y amargo.
Sugerencias para el maridaje con chocolates blancos. El chocolate blanco tiende para ser de más suave y mantecoso en el sabor, haciéndole más cercano a un jerez.
Sugerencias para el maridaje con chocolates con leche. (Con vinos Merlot, Rieslin Sauvignon Blanc, y los vinos de mesa). Un Pinot Noir o un Merlot ligero y con menos cuerpo complementarán una barra de chocolate con leche, una crema batida cremosa del chocolate o del pastel de chocolate. Un vino cosechero tiende a soportar bien a los chocolates con leche suaves.
Sugerencias para el maridaje con chocolates amargos (Chocolate negro, van mejor los Cabernet Sauvignon o Pinot Noir). Los chocolates amargos necesitan un vino que ofrezca un sabor complejo, levemente amargo en sí mismo, quizás indirectamente que ofrezca notas propias a chocolate. Un Cabernet Sauvignon llenará y redondeará al chocolate cumpliendo con nuestras expectativas de maridaje.
*En una apreciación más general te recomendamos combinar chocolates ligeros con vinos ligeros, chocolates con mayor porcentaje de cacao con vinos con cuerpo.